lunes, 30 de enero de 2012

Una fiesta para tres niños y tres tartas para una fiesta

Este fin de semana hemos celebrado el cumple de mis chicos.
La verdad es que, tengo que confesar, muchas muchas ganas de celebrarlo no teníamos, pero pensándolo mejor, ¿por qué no íbamos a hacer una fiesta de cumple para los niños? ¿Qué culpa tienen ellos de nuestros desquicios?

Desde que nacieron los mellizos, como apenas hay un mes de diferencia entre un cumple y otro, pues hacemos una sola fiesta para los tres. Pero claro, la conciencia, de vez en cuando, me habla y a mi me dice, tooodos los años "vale que celebres una única fiesta en una fecha que ni es de uno ni es de otros pero cada uno tiene derecho a tener su propio momento (aunque sea pequeño)" Así es que para que la conciencia no me taladre el cerebro y porque pienso que se lo merecen, preparo tres tartas de manera que puedan soplar sus propias velitas cada uno. Eso sí, en la medida de lo posible (que no es demasiado) me gusta hacerlas yo misma, me hace mucha ilusión.

Asi es que intentamos hacer la tarta acorde a lo que ellos pidieron. Mateo, el mayor, pidió una fiesta de Mario Bros. Bruno, el mellizo que salió primero, pidió una fiesta de Cars con Rayo McQueen y Darío, el que hace el trío (como bien definió mi sobri Irene cuando nacieron) pidió una fiesta de Annie de los Little Einsteins.

Pues bien, este es el resultado:
Esta es la de Mateo
Esta es la de Bruno
Esta es la de Darío
Como se puede ver, bizcocho casero con mucho amor y poca experiencia. En la de Mario Bros las chuches hacían de obstáculos como los del juego, aunque poco importó, los "obstáculos" desaparecieron casi inmediatamente. Para hacer el asfalto en la pista de Rayo machacamos galletas oreo y con el "relleno blanco" hicimos las rayas de la carretera. En la de los Little, los muñecos no aguantaron y tuvimos que tumbarlos, la nave "quiere" estar pintada de rosa sobre el chocolate pero apenas se ve. En fin, se hizo lo que se pudo, intentaré aprender a hacer fondant (o como se llame) para poder hacer tartas de esas espectaculares que se ven por ahí. De momento, esto es lo que sé hacer y a los niños les encantó.

La tarta del año pasado os la enseñaré en otro momento, quedó chulísima y a todos los niños que vinieron les pareció una genialidad.

jueves, 19 de enero de 2012

Divagando: el gran misterio de las pequeñas cosas

Todos vivimos de las pequeñas cosas, de las pequeñas expectativas, sin ellas andamos perdidos.
Somos capaces, en un momento dado, de superar algo muy tremendo o incluso de ver normal los milagros de la vida, y sin embargo si no tenemos la expectativa de que algo pequeñito va a ocurrir no podemos vivir.

Deberíamos ser más fríos para poder sufrir menos, ser capaces de convertir a positivo todo lo que nos rodea, pero eso, pensamos muy a menudo, que no es fácil, sin embargo estoy segura de que es posible conseguirlo.

Nuestra mente es un misterio, qué duda cabe, vivimos de la memoria, convertimos en mitos a quienes perdemos, sino no podríamos vivir. Y eso es bueno, es perfecto, porque además nos da fuerza. Son los buenos recuerdos los que se hacen grandes y los malos y tristes se quedan en sensaciones, escondidos tras los buenos.

En muchas ocasiones nuestra mente se convierte en ingobernable y nos lleva a tener miedos que deberíamos considerar estúpidos pero no, son nuestras preocupaciones diarias y sufrimos, tenemos ansiedad, nos convertimos en personas irascibles y tristes. Por suerte, más tarde o más temprano, siempre tenemos a alguien cerca que nos echa un cable y nos hace ver la realidad.

Entonces creamos nuestra pequeña expectativa, creíble, posible, deseada, y así la conseguimos y somos felices.

¿Por qué no vemos lo bueno que tenemos hasta que lo comparamos con lo peor de la vida? ¿Por qué no disfrutamos con naturalidad, sin planteárnoslo, de las pequeñas cosas, de cada uno de nuestros momentos?

martes, 17 de enero de 2012

No sin mi ibuk (2)

Sigo sin ibuk y esto se está haciendo muy largo.

El miércoles pasado, cansada de no poder leer mis nuevas adquisiciones para el reader, decidí hacerme con algo de lectura nueva en papel. Así es que me compré La sonrisa de las mujeres de Nicolás Barreau y El diario de Maya de Isabel Allende. El primero fue amor primera vista, la etiqueta "Este libro te hará feliz" se hizo irresistible a mis manos y lo cogí, no penséis que es de autoayuda, ni un ensayo feminista, para nada; el segundo más meditado, ¿me lo llevo?, ¿no me lo llevo? ya sabéis lo de la crisis que me hace dudar hasta para comprar los yogures, canastos! Al final me decidí y cargué con los dos, bien!!! Me encanta comprarme libros, ay! cómo me gusta!

Pues bien, acabo de leer el libro La sonrisa de las mujeres. Es sorprendente, tierno, divertido, desde luego no esperas lo que encuentras cuando lo empiezas a leer. Es de fácil lectura y engancha, al menos a mí. La historia transcurre en Paris, ya me gusta, la protagonista es la propietaria de un restaurante pequeñito con manteles a cuadros rojos y blancos, mmm... la verdad es que me ha gustado.

Parecidos a este podéis encontrar Contra el viento del norte de Daniel Glattauer, que también engancha y se lee en un momento.

El segundo lo empiezo hoy, ya os cuento lo que me parece.

lunes, 16 de enero de 2012

Cuento contado (no apto para menores)

Érase una vez un precioso bosque donde trabajar era un pasatiempo,
érase el mago malote que llevaba mocasines con borlas y se hizo con el poder,
érase que se eran los duendecillos acomodados en sus sillones,
érase la bruja del sur que decidió trabajar "unpoquitoquesí" y por eso era tan mala,
érase la bruja del norte que aparentó ser la bruja buena pero que era una supermegaperra que disfrutaba con los gatos negros y feos,
érase la bruja del este que todo lo veía desde arriba subida en su escoba sin adentrárse en el bosque,
érase la bruja del oeste que no sabía dónde estaba o es que acaso no quería saberlo?,
érase el vicioso de los pies que arrimaba cebolleta al duendecillo del bosque,
érase el duendecillo del bosque que todo lo descubrió y pasmado se quedó.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

jueves, 12 de enero de 2012

Mi hijito

Hoy cumple mi chico mayor 6 añitos, madre mía, y parece que fue ayer (qué frase tan original).

Cómo es posible que recuerde de manera tan viva el día de antes del parto con mi maravillosa barriga que apenas me permitía andar y la sonrisa en mi cara; la noche anterior contando contracciones, recuerdo de felicidad en ningún momento de dolor; cómo me fui al hospital después de hablar con la ginecóloga, tras una ducha tranquila, parando a respirar cuando tenía contracciones, subiendo al coche mientras llovía; la matrona maravillosa, 7 horas de espera que las recuerdo como un rato, hasta que nació a las 16:15 de la tarde con el papá mirando al ser tan maravilloso que acababa de nacer.

Recuerdo cómo me enfadé cuando me di cuenta de que nadie me había dicho lo difícil que es enfrentarse a la vida con tu primer hijo, los dos como pardillos en casa asustados mirando a mi chico más dulce que nadie. Te preparan para respirar, para empujar, te aprendes todos los modelos de carros, biberones, pañales,... pero nadie te explica que cuando llegas a casa pasas unos días con un miedo terrible, que luego, más pronto que tarde, se pasa, pero que en ese momento te asusta.

Mi hijito, que con tres años recién cumplidos le plantamos dos hermanos como dos soles, que le hicieron hacerse mayor sin remedio. De un día para otro, sin darle tiempo a respirar, llegaron dos huracanes que le han invadido y él, como es su hermano mayor, permite que lo invadan, permite que le toquen sus juguetes, sus colores, sus cuentos y revistas, su mundo, y él les cuida, les protege, les corrige, les enseña... también se enfada, se le escapa alguna zancadilla y algún que otro empujón, pero sin malicia, porque ya no puede más y él también quiere su espacio de vez en cuando.

Se ha hecho mayor, le faltan dientes, tiene pandilla, no para de dibujar, le encanta leer y escribir, cuando hace la lista de invitados al cumple pone los nombres de los niños y de los padres, es genial! Vive deseando ver a sus primos, que por lo lejos que están casi que se ven más que con los que están cerca, y a su TIA, qué haríamos sin ella...

Supongo que aquellos que tenéis hijos también estais absolutamente enamorados de ellos, pero este es mío, mi hijito!!

FELIZ CUMPLE, AMOR!

miércoles, 11 de enero de 2012

Spa no, por favor

Confieso que nunca he estado en un spa, pero es que no puedo.

Cuando paso por delante de los super "spa urbanos" y sale un olor a cloro que no se puede respirar en la puerta, no sé cómo la gente es capaz de entrar. Seguro que la limpieza es extrema, pero sólo pensar que vas a meterte en una piscina llena de pelos, me puede. Luego te ofertan masajes,... a mí me van a tocar manos extrañas,... ni hablar!!

No puedo con los spa, por favor que ha nadie se le ocurra regalarme una sesión de spa nunca, no me hace ninguna ilusión, no podría ir, ni regalado!